A través de la defensa de sus compañeros
Pablo Rosser y Pablo Roig inmersos en un expediente de expulsión por la
denuncia que hicieron de las presuntas corruptelas de un dirigente del Partido. Encuentra un caso paradigmático en el
que aparece en toda su extensión las patologías partidarias, las que han ido
minando aquellos principios y valores por las que vale la pena acercarse a un
partido: formar parte de un colectivo humano en el que se respira libertad,
igualdad, solidaridad, humanidad.
Realizando un
interesante ensayo sobre las patologías partidarias
que observa en el caso; y que la militancia socialista sufre, en todo o en
parte, en cada una de sus Agrupaciones. Para leer y reflexionar.