Sí a los 6 principios para el gobierno del cambio
1. SÍ A UNA REFORMA FISCAL JUSTA, PROGRESIVA Y
SUFICIENTE QUE GARANTICE LA IGUALDAD Y NO A LOS RECORTES EN EL ESTADO DE
BIENESTAR
El desarrollo del Estado del Bienestar exige recursos
suficientes para atender las necesidades de los ciudadanos ante situaciones de
necesidad o desprotección y, así, cumplir con la igualdad real y efectiva que
la Constitución reconoce a los ciudadanos.
Ante la ruptura del equilibrio de las cuentas públicas, el
Gobierno del PP ha recortado en políticas sociales al tiempo que ha rebajado
los impuestos a la minoría más favorecida, provocando así cotas de desigualdad
desconocidas en nuestra democracia. Son necesarias medidas como la financiación
de la Seguridad Social a través de impuestos, no solo con cotizaciones.
Ante esta situación, un gobierno que yo presida dirá:
Sí a garantizar pensiones dignas hoy y mañana y no a los
copagos sanitarios de los pensionistas. Sí a garantizar la universalidad de la
sanidad pública y no a retirar la tarjeta sanitaria a inmigrantes y españoles
que se ausenten 3 meses de España. Sí a
un Pacto de Estado por la Educación, que permita la derogación de la LOMCE, su
inmediata paralización de la LOMCE y no a los recortes en la escuela pública. Sí al Ingreso Mínimo Vital para más de 700.000
hogares sin ingresos y no a la pobreza infantil. Sí al cumplimiento de la Ley
de Dependencia y no a mantener 300.000 dependientes sin prestaciones. Sí a la
lucha contra el fraude fiscal y no a las amnistías fiscales.
2. Sí A UN EMPLEO DE
CALIDAD Y CON DERECHOS Y NO A LA PRECARIEDAD DE LA REFORMA LABORAL DEL PP.
El desempleo sigue siendo la primera preocupación de los
españoles. Además, la reforma laboral del PP ha sumado una preocupación más:
tener un puesto de trabajo ya no garantiza la posibilidad de desarrollar una
vida digna. Se ha destruido la negociación colectiva, se ha extendido la
precariedad y se han reducido los salarios.
Las consecuencias no se limitan a la vida de quienes
trabajan. Inciden en los ingresos públicos, en la Seguridad Social, en la
sostenibilidad del sistema de pensiones, en el mantenimiento de los servicios
públicos.
Por eso un
Gobierno del PSOE que yo presida dirá:
Sí a un Plan de Choque para el empleo de los parados de larga
duración y los jóvenes que no logran acceder a un empleo y no a esperar la
reducción del paro por la mera evolución de la economía. Sí a derogar la
reforma laboral, a un nuevo Estatuto de los Trabajadores y a la negociación
colectiva y no a dejar las condiciones de trabajo en manos exclusivas del
empresario. Sí a competir aumentando la
productividad de nuestra economía y no a hacerlo con salarios más bajos. Sí al subsidio por desempleo para mayores de
45 años con cargas familiares y a los mayores de 52 hasta edad de jubilación y
no a mantener si prestación a casi la mitad de personas sin empleo.
3. SÍ A INSTITUCIONES INDEPENDIENTES Y NO AL CONTROL POLÍTICO DE LA
JUSTICIA, LA ADMINISTRACION, LAS FUERZAS DE SEGURIDAD, LA RADIOTELEVISIÓN
PÚBLICA, LOS ORGANOS CONSTITUCIONALES Y LOS ORGANISMOS REGULADORES.
La democracia es equilibrio de poderes. Y exige serlo y
parecerlo. Hoy, los ciudadanos comprueban que las instituciones vuelven la
espalda a la solución de sus necesidades vitales urgentes. Hoy, los ciudadanos
comprueban que el ejercicio del poder público sirve de ocasión para
enriquecerse ilícitamente.
La democracia necesita regenerarse para volver a ser útil a
los ciudadanos y también a la convivencia colectiva. Es hora de poner punto
final a las formas de colonización de las instituciones por parte de los
partidos políticos, es hora de evitar que éstos utilicen el poder para poner
todo a su servicio.
Por eso un Gobierno del PSOE que yo presida dirá:
Sí a un
sistema no partidista de designación parlamentaria de los órganos esenciales
del Estado y no al control de las instituciones por parte del Gobierno. Sí a
una reforma de la Justicia que suprima tasas y garantice la independencia de
los jueces y no a una Justicia lenta, cara y controlada por la política. Sí a
las listas abiertas y no a la imposición al elector de una candidatura
bloqueada e inamovible. Sí al respeto a la democracia, los derechos y las libertades y no a la Ley
Mordaza.
4. SÍ A LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO Y NO A LA DESATENCIÓN DE
LAS VÍCTIMAS.
La violencia de género es una realidad dolorosa y lacerante
que no afecta al ámbito privado. Al contrario. Es el símbolo más brutal de la
desigualdad existente en nuestra sociedad. Una violencia y una desigualdad que
se ha cobrado la vida de 800 mujeres en los últimos 13 años y ha dejado decenas
de niños huérfanos o asesinados.
Ante esta situación, el Gobierno del PSOE que yo presida
dirá:
Sí al aumento del presupuesto destinado a la prevención y
atención de las víctimas y no a los recortes. Sí al acompañamiento judicial
personalizado para asesorar a las víctimas y no al desamparo. Sí a la creación
de unidades de coordinación contra la violencia de género en cada Comunidad
Autónoma y no a dejar fuera de la lucha a entidades locales y autonómicas.
5. SÍ A LA REFORMA
FEDERAL DE LA CONSTITUCIÓN Y NO A UN REFERENDUM PARA LA INDEPENDENCIA.
La Constitución Española nos ha proporcionado los mejores
años de nuestra historia. Consolidó un
Estado que hunde sus raíces en la conquista de la democracia. Y lo fundamentó
en la libertad de los ciudadanos y la consagración y garantía de sus derechos
fundamentales, así como en el reconocimiento de las nacionalidades y regiones
que integran España. En los españoles, libres e iguales todos ellos, reside
desde entonces la soberanía nacional.
El paso del tiempo y las consecuencias de la crisis y, sobre
todo, la gestión de la crisis, hacen necesaria una reforma para reactivar la
identificación de los ciudadanos con la Constitución, modernizar el
funcionamiento de nuestras instituciones, garantizar los derechos sociales y
mejorar el funcionamiento de nuestro modelo de Estado.
Por eso un
Gobierno del PSOE que yo presida dirá:
Sí a
reconocer la diversidad de nacionalidades y regiones en un modelo federal y no
a la desigualdad de trato entre españoles por razón de su origen. Sí a la
modificación del artículo 135 de la Constitución y no a eludir la obligación de
pagar la deuda pública. Sí al reconocimiento en la Constitución como derechos
de la sanidad, las pensiones, los servicios sociales y la dependencia y no a
los recortes que hoy los vacían de contenido. Sí a la limitación de mandatos de
los Presidentes del Gobierno y no a los aforamientos de diputados y
senadores.
6. SÍ A UNA EUROPA SOCIAL, DEMOCRÁTICA Y SOLIDARIA Y NO A UN ABANDONO
DEL IDEAL EUROPEISTA.
Somos Europa, un proyecto inacabado y en permanente
evolución. Tenemos motivos para sentirnos satisfechos del importante papel de
España y de la socialdemocracia en la construcción europea y también de cómo y
cuánto ha contribuido Europa a nuestro éxito económico y a nuestro desarrollo
social.
Pero, hoy, Europa da síntomas inquietantes de agotamiento.
Europa da la espalda a su modelo de cohesión social. Da la espalda a sus
principios fundacionales de solidaridad y defensa de los Derechos Humanos
cerrando los ojos ante el drama de los refugiados. Y da la espalda a la
transparencia y la participación ciudadana, con unas instituciones cada vez más
lejanas y dominadas por inquietudes económicas. Europa es nuestro espacio y necesita
revitalizarse.
Por eso un Gobierno del PSOE que yo presida dirá:
Sí a una nueva senda de cumplimiento de los objetivos de
déficit y no al incumplimiento de la estabilidad presupuestaria ni a la salida
del Euro. Sí a la unión fiscal, política y social de la UE y no a que Europa
sea una unión de intereses en vez de valores. Sí a negociar un TTIP justo y no
a dejarnos gobernar por la globalización. Sí a la política de acogida de
refugiados y al respeto de los Derechos Humanos y no a la insolidaridad.
Estos seis principios son básicos para la formación de un
gobierno liderado por el PSOE. Las políticas derivadas de ellos y no las
ambiciones ni los sillones harán que la agenda de gobierno coincida con la de
la sociedad.
Y todo con el compromiso de decir siempre la verdad a
los ciudadanos, sin escamotear los problemas reales, que son muchos y necesitan
de solución urgente, ni anunciar unas medidas en España y otras diferentes en
Bruselas.
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