Una gran parte de la ciudadanía tiene la sensación, por
los mensajes que recibe de las instituciones, que es imposible luchar contra la
corrupción. Casi todo nos índica que
está instalada en las más altas instancias del poder legislativo, del poder
ejecutivo y del poder judicial.
Por
otra parte piensan que, la corrupción, está
también instalada, en los partidos políticos, sindicatos y medios de comunicación. Organizaciones que
deberían liderar la batalla contra esa lacra que se puede cargar la democracia.